Sueños
Dicen que tengo la mirada triste,
que mis ojos me delatan.
No saben que la tristeza se lleva dentro del alma.
Si parecen tristes, es porque desperté al alba
y la lluvia caía mojándome la cara.
Se apagaron mis sueños;
desperté enfadada por no seguir soñando
y ver su mirada, alegre desenfadada.
Estábamos charlando de todo y de nada,
como siempre con diferentes opiniones.
Así, sin mediar más palabras, se fue caminando
cada vez más distante, hacia la nada con una
sonrisa.
Me llegó al corazón, su última mirada.
Se acabaron los sueños cuando el sol despertaba.
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