El Progreso Robó su Belleza

 

El Progreso Robó su Belleza

Bajé hasta su orilla para escuchar como cantaba a su libertad.

Serpenteando se perdía; árboles y campos le acompañaban.

Su belleza era natural.

He vuelto para poderlo admirar, pero le robaron su libertad.

No canta, ni serpentea; el sonido desapareció.

Todo bajo el asfalto se quedó; casas y carreteras, ese fue su final.

Ya no canta el mirlo en el árbol.

No lo puedo admirar más como si fuera un cuadro

de los mejores que pudieran pintar Goya, Velázquez, Murillo

o de otros muchos que no voy a nombrar.

Todo es el progreso; pero a veces el progreso pierde la razón.

Quiero esos árboles que, cuando les daba el sol, sus colores chisporroteaban.

Los campos alivio para los ojos son.

El sonido del río era la mejor canción que pudieras escuchar.

Progreso, progreso, eso con todo acabó.

Como decía Cervantes: poderoso caballero, don dinero.





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